Oración:
Hubo un solo día en que Dios no pudo bailar por ti:
Cuando, hecho hombre,
sus pies estaban clavados a una cruz.
Hubo un solo día en que Dios no pudo abrazarte:
Cuando, hecho hombre,
sus manos estaban clavadas en la cruz.
Mejor dicho:
Se dejó clavar para tener siempre sus brazos abiertos…
para abrazarte eternamente.
Nunca me imagino a Dios con sus brazos cruzados.
Su izquierda está bajo mi cabeza, y su diestra me abraza (Cantar de los cantares 2, 6)
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