viernes, 20 de enero de 2023

Las grandes opciones

 LAS GRANDES OPCIONES



Todos queremos ser libres, e incluso más libres aún de lo que la sociedad nos permite. Aunque luego en la práctica la libertad en grande nos pesa y nos aterra. Porque en lo fácil resulta muy fácil elegir. Desbloqueas el móvil, te conectas a la página web que quieres y eliges entre multitud de opciones disponibles, aquella que te convence más. Pero tomar aquellas opciones que marcan, las que son importantes y definitivas, es bastante más complejo, aunque también es necesario tomarlas, pues ¿quién llegaría a ser yo si nunca tomara ninguna decisión de esas que configuran por dónde conduzco mi propia existencia? Por eso, o las posponemos sine die o nos dejamos llevar por lo que hacen los demás, o terminamos echándolas a cara o cruz.

Pero hay que momentos en que hay que optar, y optar en serio, poniendo toda la carne en el asador, con decisión, pasión e ilusión. Tal vez sin saber de antemano a dónde nos conducirá ese camino que emprendemos, pero confiados en que es el mejor, el único que debo tomar si hago caso a la razón y sobre todo al corazón. ¿Complicado? Sí, bastante, pero hay que tener poder de decisión y convicción para dar un paso adelante y tirarse a la piscina. ¿Qué miedos te pueden llegar a paralizar? ¿No crees poder superarlos ya?

La cuestión de posicionarse ante la persona de Jesús es una de estas decisiones personales en las que nos jugamos mucho, tal vez todo, y por eso o no la queremos tomar y la evitamos o tratamos de dejarnos llevar por aspectos cómodos, superficiales y hasta interesados. Aquí hay que mojarse, y no solo hasta la cintura, sino por completo. Es inevitable. He de decidir si doy el gran salto de la fe y descubrir que ahora sí uno puede ser libre a lo grande, porque corta amarras con todo lo que a uno le ata y se deja llevar a lo más profundo de la vida, o no me arriesgo a dejar abierta la posibilidad de que ese tal Jesús tenga una propuesta tal vez sumamente extraordinaria.

Sí, pudiera parecer solo una paradoja más, pero es toda una gran verdad: para encontrar y ser encontrado hay que desprenderse de las falsas seguridades, hay que soltar y fiarse, ir adentrándose en lo inseguro para alcanzar la segura certeza del verdadero amor.

En el evangelio de este tercer domingo vemos como la esperanza anunciada por el profeta Isaías logra cumplimiento en la irrupción de la predicación de Jesús allá por Galilea. Unos le van a reconocer y creer, otro muchos no, pero aquellos que descubren quién es se llenan de alegría, una alegría desconocida y decidida que les hace dejarlo todo y seguirle, pues solo Él tiene palabras de vida eterna, esas que convencen al corazón de aquellas razones que la razón no entiende, esas que iluminan el hondón del alma e impiden ser el mismo, el de antes, el de siempre, el que permanece constantemente autorreferido a sí, y lanzan a la misión de vivir y anunciar su evangelio.

¿Quieres descubrir quién es? ¿Quieres encontrarte con Él? ¿Quieres conocerle? Pues estás de suerte, iniciamos el camino de nuevo con Jesús. Puedes empezar a intimar con Él leyendo y escuchando sus palabras. Te pueden descubrir quién eres tú y lo que quieres hacer con tu vida. Levántate y empieza a caminar con Él. Serás más libre y comenzarás a reconocer aquellos matices de belleza y de sentido que ni habías sospechado. No sé tú, pero yo lo tengo muy claro. Me merece la pena dejarme hacer por su palabra sanadora y salvadora.

NO LO DUDES Y OPTA POR LO MEJOR      



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